Nuestro cuerpo es un máquina eficiente en cuanto al gasto energético se refiere; invierte calorías en mantener el metabolismo basal, en el proceso de la digestión y metabolismo de los propios alimentos que ingerimos y en la actividad física diaria.
Se sabe que para mantener el peso deseado debe haber un equilibrio entre la energía ingerida y la energía gastada. Cuando engordamos ocurre un desequilibrio, la energía ingerida es mayor a la gastada y el exceso de energía lo acumulamos en forma de grasa.
Un kilo extra equivale a haber ingerido 7.770 calorías de más, nos suena mucho pero en unos pocos minutos de placer devorando una suculenta hamburguesa 500 calorías, una ración de papas fritas 288 calorías, un rico helado 170 calorías , un sándwich o cualquier snack vamos sumando calorías.
El problema se presenta a que se necesitan largos minutos de ejercicio para conseguir que no se acumulen esas calorías extras en forma de grasa.
Veamos el siguiente ejemplo: una persona de 75 kg realizando 40 minutos de los siguientes ejercicios sólo quema:
El gasto energético va relacionado al sexo, edad, peso y experiencia en cuanto al ejercicio se refiere.