Parte de la energía que se absorbe de la comida (carbohidratos) se convierte en glucógeno, cuando la cantidad de glucosa en las células supera a la cantidad necesaria para la producción de energía.
El organismo almacena el glucógeno como energía extra en dos lugares del cuerpo: el hígado y el músculo, de acuerdo donde se almacene recibe el nombre de glucógeno hepático o glucógeno muscular.
El glucógeno hepático tiene menor interés en el deporte, su función es mantener estable la glucosa en la sangre.
En la práctica deportiva, según la intensidad y duración del ejercicio, se emplean los carbohidratos o las grasas como principal fuente de energía. Cuanto más suave y prolongado es el ejercicio, más grasa se emplea y cuanto más intenso, más importante es la necesidad de glucógeno (a mayor cantidad de glucógeno en el músculo, mayor resistencia y por tanto, mejor rendimiento deportivo).
Si la cantidad de glucógeno es escasa, la consecuencia directa es la fatiga y el descenso en el rendimiento deportivo, de ahí la importancia de realizar una dieta adecuada, con suficiente cantidad de alimentos ricos en carbohidratos, especialmente complejos.
El organismo almacena el glucógeno como energía extra en dos lugares del cuerpo: el hígado y el músculo, de acuerdo donde se almacene recibe el nombre de glucógeno hepático o glucógeno muscular.
Cuando se realiza esfuerzo físico, el glucógeno muscular se degrada a glucosa a modo de poder ser empleado como fuente de energía. Hay que tener presente que las reservas de glucógeno son limitadas y pueden llegar a agotarse.
La velocidad con que sucede ese agotamiento de las reservas depende de la intensidad que tenga el ejercicio que se esté realizando y de la cantidad de glucógeno que se ha almacenado antes de emprender el entrenamiento.
En 15 minutos de ejercicio intenso se puede agotar del 60% al 70% del glucógeno almacenado en los músculos. El agotamiento total puede producirse después de 2 horas de ejercicio intenso. Una vez agotado este glucógeno se necesitan de 48 horas para reponer el almacenamiento de glucógeno en los músculos, en condiciones de una dieta normal, es decir, cuando una dieta contiene 55% a 60% del valor energético total de carbohidratos. Una dieta rica en hidratos de carbono (70% al 80%) puede disminuir el tiempo necesario de reposición de 48 a 24 horas.