Cambiar de conducta alimentaria resulta difícil, porque la mayoría de tus comportamientos se han convertido en hábitos . Muchas de tus conductas las haces sin pensar son casi automáticas y por eso cuesta tanto dejarlas.
Los hábitos son entes dotados de vida propia; son actos aprendidos que como resultado de su repetición frecuente en situaciones similares y el refuerzo de una recompensa se activan automáticamente ante señales específicas.
Pero nadie ha dicho que no podemos cambiarlos , podemos adoptar estrategias que nos ayudan a formar nuevos hábitos alimenticios. El objetivo es evitar los elementos que actúan como gatillo.
Trata de adecuar tu entorno para que te resulte más fácil hacer algo y más difícil no hacerlo. Es más fácil cambiar tu entorno que a ti mismo.
Comienza evitando el contacto con la señal que te dispara un hábito, no tengas lo que sabes que no puedes controlar. Sabes que no eres capaz de comer un solo croissant , no lo compres.
Si quieres modificar un hábito , modifica tu convencimiento de querer hacerlo.