No hagas propósitos. Haz cambios.

Los propósitos fracasan por tener expectativas poco realistas, la planificación es fundamental para mejorar. 

Somos terribles a la hora de estimar nuestras propias capacidades, porque no son realistas, y no se corresponden con nuestras circunstancias personales. 

Si decides comenzar a comer verduras, pero no cambias tu entorno, ni tienes un plan sobre cómo hacerlo, el fracaso es inminente. 

Planificar es más efectivo que establecer objetivos. A la hora de planificar es imprescindible poder medir el proceso y los resultados, ya que estas medidas aumentan la motivación para seguir. Esto se aplica sobretodo a los pequeños pasos. Llevar la cuenta de todos los avances, por pequeños que sean, aumenta el valor percibido del objetivo y ayuda a seguir el plan.

Los cambios hacia un estilo de vida más saludable requieren una transformación de tu parte, y no se darán si tu no quieres, por más información que obtengas.